Frente de la Escuela - 2.010

viernes, 1 de marzo de 2013

La Educación en el ámbito rural: desafíos que nacen del olvido

Enseñar tierra adentro. La diaria pelea contra el fracaso escolar.

Largas distancias hasta la Escuela, aulas acopladas donde conviven niños de primero a séptimo, directores que dan clases, maestros que cocinan y alumnos que ayudan en las chacras. En las Escuelas Rurales, los resultados dependen en gran medida de las ganas.

A pesar del aislamiento, falta de docentes y las distancias, las Escuelas Rurales desarrollan iniciativas para la inclusión social.
 Cuaderno. Pese al olvido, el esfuerzo por aprender a simple vista. "Educación para las Primaveras", 2.008.

Posadas, Andresito, El Soberbio.
La educación en las Escuelas Rurales o en instituciones ubicadas en parajes y municipios pequeños alejados de los centros urbanos afronta grandes desafíos para ofrecer formación de calidad y preparar para el trabajo a su población estudiantil, integrada mayoritariamente por los sectores más empobrecidos.
En este contexto, los resultados educativos dependen en gran medida de la voluntad de docentes y las familias. En tanto que a partir de la sanción de la Ley de Educación Nacional que contempla por primera vez la modalidad de educación bilingüe o la puesta en marcha de becas y proyectos de mejora en la calidad educativa como el Promer, algunas acciones están teniendo resultado en el incremento de la matrícula o la universalización de la educación inicial, según dijeron a “El Territorio” docentes consultados.
Sin embargo, el panorama está todavía lejos de ser el ideal, y la obligatoriedad de la educación media le viene pisando los talones a la falta de escuelas secundarias en algunas zonas del interior de la provincia.
“Hasta el año pasado que no teníamos Polimodal en el pueblo, más del 70% de los chicos no terminaba la secundaria porque tenían que desplazarse hasta Candelaria o Garupá para poder estudiar. Pero con la apertura de una secundaria los chicos siguen la escuela y muchos que tuvieron que abandonarla volvieron”, explicó el director de la Escuela 54 de Profundidad, Ernesto Saucedo.
Según el Ministerio de Educación de la Nación, las Escuelas Rurales registran una menor tasa de promoción de un curso a otro comparado con la media nacional. Y presentan mayores índices de abandono, repitencia y sobredad. Algunas de las causas señaladas por la cartera educativa dan cuenta de las grandes distancias que separan las casas de las Escuelas o el mal estado de los caminos, la escasa oferta educativa en el nivel inicial y el alto grado de ausentismo como consecuencia de la participación de los niños en la economía familiar, más en los tiempos de la cosecha o porque tienen que cuidar a sus hermanos o atender la casa en ausencia de sus padres.
Asimismo, como piezas de un rompecabezas, cada una de las razones encajan perfectamente en los resultados de un relevamiento que realizó la Red de Comunidades Rurales en 2.000 Escuelas Rurales del NEA y el NOA durante 2.008 y que concluyó que en casi todas las Escuelas Rurales del Norte hay comedor, un alto porcentaje de los maestros (61% en el Nordeste y el 51% en el Noroeste) cree que sus alumnos dejarían de ir a la Escuela si no fuera por la comida que se les ofrece. En casi la mitad de las Escuelas (el 54% en el Nordeste y el 37% en el Noroeste), el comedor está a cargo de los maestros. En el 65% de las Escuelas del Nordeste y el 74% de las del Noroeste, el director también tiene un grado a cargo. En la mitad, no hay computadoras, es escasa la formación en oficios y la escuela secundaria más cercana puede estar hasta a 300 kilómetros de distancia.

 
Camino Rural. Niños/as y Docentes deben enfrentar diariamente largas distancias para aceder a las Escuelas.

Capacitación en la Escuela 54.
La única Escuela de la localidad de Profundidad “está en coma”, según la definición de los propios estudiantes, docentes y directivos. Se trata de la Escuela Nº 54 “Juan Bautista Alberdi”.
El año que viene cumplirá 100 años y hoy su edificio corre “peligro real de derrumbe”, según lo determinado por los técnicos del Iprodha. A causa de está problemática, se decidió hace poco más de dos meses que los chicos no ingresen a una parte del edificio, que es justamente el más añejo y en condiciones más precarias, con el consecuente incremento del déficit de los espacios de trabajo y esparcimiento para los chicos.
“Hay una realidad. Cuando llueve no podemos permitir que los chicos salgan a jugar al patio porque se produce un barrial impresionante”, dijo Ernesto Saucedo, actual director del establecimiento y con grado a cargo.
El docente habló de la realidad de la educación rural y aunque enumeró una larga lista de obstáculos evidenció también que algunas acciones dieron resultado para repetir los casos de repitencia y deserción.
“Con el traspaso de los octavos a la secundaria quedamos sin maestro para el séptimo por lo que funcionamos en un aula acoplada para 5º, 6º y 7º año, lo que dificulta el seguimiento de cada chico”.
Saucedo dijo que la repitencia se presenta en los primeros años de escolaridad y luego ya “no hay mayores problemas de rendimientos”. Y lo asocia al “elevado ausentismo en los grados inferiores, desde la salita faltan mucho y arrastran así un cúmulo de aprendizajes no vistos que afectan al desenvolvimiento en las clases y pueden repetir sin apoyo”. El directivo dijo que el aislamiento de la comunidad se siente, “aunque muchos de los chicos viven cerca, los días de lluvia, los maestros que se movilizan en moto no pueden superar los 13 kilómetros de barro que nos separan de Candelaria”.
La portera de la Escuela también es la cocinera, todos los días madruga para recorrer a pie los cuatro kilómetros desde su hogar para cumplimentar sus variadas labores.
Casi lo mismo ve en su experiencia como docente, Roxana Moravicki de Passera, directora de la Escuela “Andresito Guacurarí” de Paraje Cabureí, Andresito.
“En el tiempo de clasificación del tabaco es normal que los chicos falten, porque van a trabajar con sus familias”, dijo.
“Notamos con preocupación que los chicos no siguen la secundaria, salen de la Escuela y ayudan a sus padres en la chacra”.
También en la Escuela 373 de Colonia Primavera, sobre ruta costera a Moconá y a 12 kilómetros de El Soberbio, el estado edilicio es muy precario y los padres y docentes esperan la construcción de una Escuela nueva para el año próximo.
El panorama en el Aula Satélite “Educación para las primaveras” no es mucho mejor. Hay tres cargos pero sólo dos docentes para 90 chicos (incluyendo un pre-escolar atendido voluntariamente por los mismos docentes). “Precisamos techos nuevos, baños instalados, nivel inicial”, pidió el docente Martín Cornell.
En otro Aula Satélite de la misma Escuela, ubicada en el Paraje El Botón, una fundación ayuda desde hace cinco años, “pero no alcanza, ellos hacen lo que pueden pero estamos muy alejados de todo y entonces no se ven nuestras carencias” señalo Aureliana, madre de dos alumnos.

 
Taller Literario a orillas de un tajamar. Maestro Rural Martín Cornell junto a un grupo de Alumos/as. "Educación para las Primaveras", 2.008.

Alfabetización para adultos.
En la Escuela 802 de Andresito, que estrenó un moderno y amplio edificio, se lleva adelante un proyecto de alfabetización para padres trabajadores e hijos.
Funciona en el turno de la noche con una matrícula de 86 alumnos.
La vice directora Gladis Sedoff de Fasano contó que la Escuela está rodeada de barrios de familias humildes, en su mayoría viven de la tarefa. “Muchos de los padres son analfabetos y no hablan el castellano sino el portuñol”.
Entre los fundamentos del proyecto de intervención de la EGB 3 Rural se reconoce la “necesidad de acciones estatales más efectivas que sostengan a la población rural en sus lugares de trabajo con más apoyo técnico y más equidad y promoción social organizada”.

Publicado el día domingo 3 de mayo de 2.009 en el Periódico “El Territorio”, Nota de Tapa. www.territoriodigital.com

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